– Define milagro

– Mmmm... no sé. ¿Qué tal... un grupo de españoles quedan la mañana del 1 de abril en Berlín... y llegan todos puntuales, y encima hace un tiempo de puta madre?

 

Pues sí, tras no más de cinco minutos hasta que estuvimos todos (incluídos dos nuevos fichajes, bienvenidos Gil y Alexis), solecito y charlando de modelitos (yo me iba a poner manga corta pero no me he atrevido, yo le he puesto hasta los cristales oscuros a las gafas, yo soy Luis y no me doy por enterado de ese tema del sol y como siempre de largo y ande yo caliente, y así), salíamos de S Heerstraße con idea de rodar unas cuatro horas “más las meaditas y los pinchacitos”.

 

Tras un momento de confusión provocado por un semáforo y una semi-pirula cicleatonera que salió regular, el que escribe estas líneas se encontró en cabeza sin comerlo ni beberlo, y, herido por el comentario de Diego sobre cómo a “algunos” les había dado poco viento en la cara en la anterior salida, decide hacer “su” relevo enfilando la carretera de Sacrow, con ánimo principalmente de quitárselo de encima estando fresco aún. Durante el resto de la salida rodé más bien hacia atrás del grupo, así que no puedo dar tantos detalles sobre el resto de los relevos.

 

Dicho relevo tocó a su fin mediante un palo de lo más absurdo por parte de Óscar, que ni siquiera tuvo la delicadeza de esperar a que estuviéramos subiendo alguna de las exigentes rampas de 100-200 metros al 2% que hay en esa carretera. Respondido sin problema por Alexis y Emilio estableciendo la que sería la tónica de la jornada.